Cuando pensamos en limpieza de cristales en altura, siempre nos viene a la mente la misma imagen: un trabajador colgando desde un piso 58 de un rascacielos de Shanghai, protegido por un arnés y un casco. Desde el exterior, una hormiga en la superficie de una mole de cristal, el vértigo asegurado. En el interior, un trabajador de una oficina se sobresalta y derrama el café al ver al limpiacristales. Topicazo.
Pero existe una versión más mundana y menos extrema de la limpieza de esta modalidad, ya que no todo son rascacielos y edificios enormes. Más bien al contrario, prácticamente todos los edificios requieren de este servicio de limpieza de cristales. Te explicamos cómo funciona. No, de momento Spiderman no entra en los planes.
¿Quién necesita un lavado de vidrios en altura?
Como te hemos dicho, casi todo el mundo. Sin duda, las empresas y oficinas, en primer lugar por dar buena imagen. No puedes transmitir valores positivos si tu sede está hecha unos zorros. Desde unas simples ventanas hasta unos muro cortina, pasando por fachadas o techos de cristal, todos requieren ser limpiadas.
Pero no sólo por eso, sino también para aprovechar al máximo toda la luz solar, que con suciedad en los cristales no puede pasar del todo. Que luego los trabajadores tienen falta de vitamina D y no rinden.Lo mismo ocurre en casas particulares, donde la limpieza también es fundamental. Ventanas, cristaleras o terrazas deben estar perfectamente limpias. Y muchas veces no son muy accesibles o fáciles de limpiar.
¿Cómo limpiar cristales altos?
En general hay dos métodos. Por un lado, está el uso de góndolas o plataformas que se descuelgan desde arriba de los edificios. También estamos bastante acostumbrados a estas imágenes, aunque impresionan menos que las de los trabajadores con arneses. En general este sistema se utiliza en rascacielos y edificios más altos.
Para otros de menor altura, cómo limpiar cristales altos tiene una resolución algo más sencilla, como por ejemplo usar andamios, grúas o elevadores. En general estos sistemas proporcionan acceso a alturas medianas y el riesgo resulta menor, ya que no están pendiendo.
Eso sí, hay un sistema que los últimos años está predominando sobre los demás: el uso de pértigas telescópicas. Estos instrumentos, que han desarrollado sus tecnologías de una manera increíble, combinan una limpieza práctica y una gran seguridad. Sus materiales ligeros, fibras especiales, hacen que sólo sea necesaria una persona para manejarlas, y desde el suelo. Las pértigas extensibles pueden llegar hasta más de 20 metros. Ahí es nada.
¿Qué es el agua pura para limpiar?
Pero aún hay más. En muchas ocasiones, estas pértigas con cepillo incorporado se combinan con el uso de agua pura para limpiar los vidrios en altura. ¿Y qué es el agua pura? Pues un agua que está libre de minerales y otras partículas. Mediante distintos métodos, como la desionización o la ósmosis inversa, el agua se libra de todos los añadidos, adquiriendo un gran poder limpiador y desinfectante. Entre sus otras ventajas está que no hace falta usar productos químicos añadidos, como jabón, y por este mismo motivo no deja marca al secarse en los cristales. Además, es respetuosa con el medio ambiente.
Sin duda, las pértigas combinadas con el agua pura son una opción muy acertada, tanto por su bajo coste, su ahorro de tiempo (comparado con el montaje y desmontaje de otros sistemas) y, desde luego, su falta de riesgo.
A no ser que te entre la tentación de llevártela a una pista de atletismo e intentar superar los 6,14 m. de Sergey Bubka, actual récord del mundo. Ahí ya no te garantizamos nada.
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