Lisa nunca pensó en los productos químicos para limpiar piscinas, pero bien que disfrutó de una. Nos referimos a ese fantástico episodio de Los Simpson en el que la hija mediana de la familia amarilla pasa de su clásica posición de empollona marginada a ser la más popular de clase, y todo gracias a una piscina que sus padres instalan en el jardín. En el momento de mayor gloria, le surgen dudas morales y su conciencia le recrimina: «Sólo te utilizan por tu piscina, ya lo sabes». A lo que ella contesta, enfadada: «¡Calla, cerebro! Ahora tengo amigos, no te necesito más».
Pero seguro que necesitaba los productos químicos para que todos esos amigos disfrutaran de la piscina. El buen tiempo ya llega y seguro que tú también estás pensando en poner en marcha la piscina de nuevo, y sobretodo, te preguntas cómo limpiar una piscina. Con nuestro servicio de jardinería, que incluye servicio de limpieza y mantenimiento de piscinas no tendrías que hacer ningún esfuerzo, pero aún y todo te vamos a hablar de varios de estos productos para limpiarlas, por si quieres preparar por tu cuenta el regreso a los chapoteos. Eso sí, no te garantizamos tanta popularidad como a la pequeña Lisa.
Epóxido: Vale, has decidido que ya es el momento. Antes de nada, echa un vistazo al interior de la piscina. ¿Están las paredes y el fondo en perfecto estado? Es posible que alguno de los azulejos esté algo resquebrajadillo. En ese caso, necesitarás epóxido, que es una masilla ideal para esas reparaciones: se pega bien en el gresite (los azulejos) y es resistente al agua.
Ácido muriático: Aunque también le podemos llamar salfumán. Este producto químico sirve para dejar paredes como los chorros del oro. Aplícalo con un cepillo y verás cómo limpia la cal y (aunque no las veas) las bacterias, para que todo luzca antes de llenar la piscina. Eso sí, es corrosivo, así que necesitarás una equipación adecuada para usarlo, como gafas, guantes y mascarilla con filtros.
Monóxido de dihidrógeno: O, lo que es lo mismo, H2O. Agua, vaya. Te sorprenderá saber que este es sin duda el producto para piscina más importante de todos, sin el que no hay piscina que valga, ni chapuzones, ni aguadillas, ni saltos, ni verano. Revelador, ¿verdad? ¡A llenar la piscina!
Regulador del PH: Una vez tu piscina está llena, es hora de asegurarse de que el agua está en perfectas condiciones para bañarse. Si el PH está muy alto o muy bajo, la piel puede sufrir daños. Por eso, mídelo con un analizador y comprueba que se encuentra entre 7,2 y 7,6. Si no, te tocará utilizar un elevador o un reductor de PH, según el caso.
Cloro: El rey de los productos químicos para limpiar piscinas, el que todo el mundo conoce y al que todo el mundo culpa cuando salen con los ojos rojos. Es sin duda la opción más popular, dada la combinación entre su alta efectividad y su bajo coste. Desinfecta la piscina de bacterias, hongos y gérmenes, perfecta para nadar.
Oxígeno activo: Claro que, como ya hemos dicho, siempre hay que se queja de la irritación que deja el cloro, tanto en los ojos como en la piel o el pelo. No muy bueno para las personas especialmente sensibles. Pues bien, hay alternativa. Utilizar el oxígeno activo es como limpiar una piscina con cloro pero sin esos problemas. Aunque hay otros: no es tan eficaz a altas temperaturas, ya que se evapora, por eso es mejor aplicarlo por la tarde o la noche. Tú decides.
Antialgas: Pues sí, en el agua de la piscina pueden surgir algas. Si notas que todo está muy resbaladizo, con un tacto desagradable, es posible que ese sea el problema. En tal caso, tienes que hacer algo para terminar con ellas, a no ser que estés planteándote montar un restaurante japonés. El tratamiento antialgas hace uso de amonios que impiden que las algas se formen, y evita la aparición de bacterias y gérmenes.
Floculante: En ocasiones surgen en tu piscina partículas que enturbian el agua, y algunas son tan pequeñas que ni siquiera los filtros pueden limpiarlas, como por ejemplo arenilla, sales o algas microscópicas. El floculante hace justo lo contrario al «divide y vencerás»: une todas esas partículas, haciéndolas más grandes, para que los filtros puedan retenerlas. Problema resuelto.
Material para los filtros: El filtro es el que se encarga de estar depurando continuamente el agua de tu piscina, librándola de toda suciedad. Hay filtros de muchos tipos, como de arena, zeolita o cristal, entre otros. Por eso resulta muy importante que esos materiales estén en perfecto estado, para que la calidad del filtrado no disminuya.
Invernador: Oh, qué lástima, el invierno se ha terminado y es hora de dejar de usar la piscina. Bueno, no te preocupes, deja que tu piel recupere su humedad habitual y se estire un poco y prepara tu piscina para pasar el invierno, porque no hace falta que la vacíes. Hay productos para piscinas que se encargan de que durante el invierno el agua no se pudra ni se formen algas, bacterias y cal, como el invernador. Eso sí, asegúrate antes de que el agua está a menos de 15°. Y hasta el año que viene.